"Con o sin Trastorno, su personalidad es buena"
El Doctor José Luis Carrasco Perera es licenciado por la Universidad Autónoma de Madrid en la especialidad de psiquiatría y doctorado en Medicina. Es, actualmente, jefe de la unidad de trastornos de la personalidad del Hospital Clínico San Carlos, en Madrid, y coordinador del instituto de psiquiatría y salud mental de este mismo hospital. Fue presidente de la Sociedad Española del Estudio de los Trastornos de Personalidad.
P: ¿Cuál es su definición de TLP?
R: Se podría describir como un desarrollo anómalo en la personalidad, que produce una marcada inestabilidad en las emociones y en la identidad personal que produce conductas impulsivas e inestabilidad emocional.
P: ¿Puede aparecer en cualquier momento o se nace con ello?
R: Generalmente aparece en la adolescencia y se manifiesta más intensamente entre los 17 y 25 años, cuando empieza a desarrollarse. Sin embargo, hay casos de aparición tardía, por encima de los 30 años. Existe una predisposición genética por la impulsividad y la inestabilidad afectiva. La impulsividad está caracterizada por antecedentes familiares de conductas adictivas e impulsivas, y la inestabilidad afectiva con antecedentes familiares de depresión.
P: ¿Qué causas podrían propiciar el aparecimiento?
R: A parte de los antecedentes genéticos, la existencia de vínculos familiares carentes de afectividad, la existencia de traumas infantiles y la aparición de depresiones adolescentes no detectadas y el consumo de estimulantes en la adolescencia son también causas desencadenantes del TLP. Se presenta con más frecuencia en mujeres, pero en hombres puede aparecer camuflado en perfiles de drogas, por ejemplo.
P: ¿Cree que la sanidad pública tiene los recursos necesarios para atender a los pacientes?
R: Aunque ha mejorado mucho la cantidad de recursos últimamente, son necesarios más recursos de terapia y rehabilitación específicos para borderlines que necesitan tiempo suficiente y, en consecuencia, educación intensa para poder modificar las alteraciones. Se echan también en falta recursos sociales para la reintegración laboral y residenciales para la re-captación personal, aunque ya hay algunos en funcionamiento.
P: ¿El trastorno tiene cura o simplemente un tratamiento que lo controla?
R: El trastorno tiene cura. Los rasgos de personalidad no cambian, pero dejan de constituirse como trastorno cuando la persona puede defenderse en la vida e incluso tener beneficio de ello, de la personalidad que posee.
P: ¿Qué trastornos o enfermedades derivan con mayor frecuencia del TLP?
R: Estados depresivos, intentos de suicidio, autolesiones, consumo de alcohol y de sustancias y las enfermedades físicas que todo esto conlleva.
P: ¿Considera que existen los suficientes estudios en el campo de la investigación de medicina en el trastorno?
R: Suficientes, no; cada vez más, desde hace 15 años; ahora hay líneas suficientes y prometedoras sobre todo en cuanto a lo biológico y factores educativos y familiares.
P: ¿Cuál considera que sería la clave para la cura del TLP?
R: La clave es el vínculo terapéutico, porque el paciente empieza a relacionarse desde la confianza, el afecto y la diferencia. Esto se consigue con tiempo y dedicación, y terapias adecuadas para ello. Tiempo y dedicación tanto del paciente como del profesional que le trata.
P: ¿Cuáles son los objetivos de la terapia?
R: Reducir el malestar emocional con uno mismo, mejorar el autocontrol, fomentar la autonomía, mejorar el autoconocimiento (fortaleciendo la identidad), y mejorar la calidad de las relaciones interpersonales.
Por último, el Doctor Carrasco se despide con el razonamiento de que el TP es el mal uso de la personalidad, que los TLP´s tienden a tener una personalidad "bonita", no psicópata ni nada por el estilo, sino que la personalidad en sí no es mala.